11.2.09

(Well)... give peas a chance

Hay moscas. Piedras en los zapatos. Y luego están los guisantes, esas verdes e insignificantes pelotillas. Antes estaban casados con las alcaparras. Pero los años y la madurez (venga va) hicieron que mi paladar, juez incansable y miembro del Consejo Sentidor, separase la asociación de apariencia-valor. Y así fue como las alcaparras, pelotas feas donde las haya, me sugirieron un sabor único en pizzas y demás alimentos intento de curre culinario pero nada lejos de cutrería estudiantil. El Consejo Sentidor sugirió una vez más a la conciencia algo no precisamente novedoso pero sí capaz de afirmar la idea: esa extraña inteligencia, ese poder de confianza y atracción, ese fondo insaciable de posibilidades. Y direis: hay alimentos de aspecto fácil y bello, y así mismo un interior acorde a ello. Y sí. Unas patatas fritas y unos huevos están de muy lindas pics, pero mentireis mortales si afirmais que tal cosa no os empacha. Que para un rato, sí. Pero siempre, sólo crea problemas sin avisar. De repente, de tanto empacho y tanta ceguedad, te da un macro infarto. Que es como un infarto, sólo que desde que sé que existen los micro, me consuela llamar a los demás macro.



Y toda esta chorrada porque me he acordado de esta foto. Es contradictorio decir que es un honor el hecho de que alguien vea guisantes y se acuerde de mí, pero la madurez (venga va) tiene esa cosa que va de que ciertas contradicciones te parecen adoreibols.

1 comentarios:

A las 2/12/2009 1:25 p. m. , Blogger Quico ha dicho...

fue inevitable, ví la camiseta en Londres y mi mano fue directa a por el movil para fotografiar y enviar ;)

 

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