19.3.10

Got to be some more change in my life


[18 de marzo de 2010 03:43]

Bueno, os decía que esto es NY en estado puro. ¡Qué pena que no estéis! Hay una movida impresionante alrededor de la zona. Hay hasta cinco helicópteros (no se ve como suele suceder de noche si son de la poli pero todo pinta que si) revoloteando sobre CP y alrededores. Han llegado no sé cuantos coches de policía de todos los tamaños y de todas las categorías pero no se bajan de ellos y están callados y con las luces apagadas, llegaron sin ruido ni sirenas, lo que me ha llamado la atención son los helicópteros, y que dos de ellos llevan unos focos enormes, van por todos sitios con los focos, dos de ellos están fijos sobre la quinta más o menos. Dan ganas de bajar a ver qué pasa. Digno de Tarantino. He apagado las luces y estoy viendo el espectáculo desde la ventana de la cocina. Confío que no me peguen un tiro.
Ya os contaré.

Besos desde la selva del asfalto.

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[18 de marzo de 2010 06:28]

Queridas tres, tres veces queridas,

Asomadito en la ventana, sumido en cómplice obscuridad (me puse una pieza negra para perfecto camuflaje), psicológicamente (como si no...) preparado para lo inesperado, y hete aquí que ¡Zas! Se jodió todo. Como fiel reflejo del estrambote cervantino, ya sabéis...

Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

Pues tal que así paso, para asombro, desconsuelo y desilusión mía. Desaparecieron todos, quedos, sigilosos, lánguidos en el despedir, cuidados en el modo, intransigentes en la esencia... Se fueron. Se fueron todos. Los helicopters, los police' car, los unos y los otros, los estos y los aquellos, los y las. Tanto continente para tan poco contenido ¿qué más les hubiera dado algún muerto más que menos? Hubiera sido yo, puestos a salvar el episodio,l si el propósito salvare la cuestión. Más no.
¿Qué más les hubiera dado? Unos tiritos, mucha sirena, asaz ruido, emoción, lo máximo posible de emoción. Estaba preparado, emboscado casi, con mi negra envoltura en la obscuridad negra. Pero ¡leche! Nada de rien, rien de nada.
No sé qué pensar. Igual era todo de mentirijillas. Igual era porque alguno de los mapaches rabiosos (sobre los que Ana bien que nos advirtió) se habría salido de la deadline rabiosa asignada. ¡Vaya usted a saber!
No sé, es como si te invitan a ver una erupción del Vesubio en patio de butacas, con toda la prosodia y el aparataje necesario, y te conformas con oír un pedo del vecino. Frustrante, literalmente frustrante.
Calaron el chapeo, se supone que requirieron la espada, nadie sabe si miraron al soslayo, pero fueronse y no hubo nada.

Desde la capital del imperio, Papi el intrépido en la penumbra del apartamento, reportero dicharachero.

Un beso y hasta la próxima amenaza de fin de mundo que se queda en principio de barrio, y no puedo decir ¡Si lo sé no vengo! porque ya estaba aquí.

Este que lo es, navascué.


Dad.


Y entonces te aclaran más el sentido de las influencias. What a thing! Menos de una semana, y a sobrevolar el Atlántico again!



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