15.8.07

The patient

Como la mayoría de las cosas que hago, esto lo escribo para mí. Yo disfruto cómo queda la moñada en cuestión, con la fotito, la letrita pequeñita y mona, la estructura general.
Sí, como la mayoría de las cosas que hago, lo hago para mí. Como todo quisqui. Directa o indirectamente.


Esta foto va porque me acuerdo de tres fechas. Tres sorpresas. Tres importancias que a día de hoy sueño con que no sólo lo merecieran para mí. Un desarrollo extraño, fugoso, percepciones individuales, viviendo con un pie en el cielo y con el otro en la tierra. Pero como en todos los juegos a los que uno se arriesga a jugar, existe un Game Over.

Que no lo haya evidenciado yo carece de importancia.
La edad y la distancia, me da en la nariz, van a estar presentes en mis circunstancias toda la vida.
Aún así, doy gracias a la vida (valga Violeta Parra) por haber disfrutado mínimamente de esa parte de la misma. Sólo le insinuo que se me aparezca un parecido en alguna ocasión. Sería todo un placer...y no dudaré en aprovecharlo.
Gracias por el atisbo.







Es como salir a dar una vuelta en bicicleta a ese nuevo lugar al que te has mudado. Te atrae tanto el paisaje que te desvías, cual mosquito a la luz, por terrenos que no son lo que parecen. ¿Relativo, verdad? El terreno. Como casi todo, y pruebas, insistes. Sigues. Las ruedas te chirrian. Pero estás disfrutando tanto que no te importa si hay caída.
Durante veinte años has trabajado de realista, de racional. Pero una de las ruedas se ha pinchado. El aire sale. El sentimiento sale. Y te caes. Evidentemente, te caes. Te has caído. La piedra que ha pinchado la rueda estaba ahí porque tenía que estarlo. La llamas "vikinga", no sabes si por su color o por su molestia. La maldices, pero esa piedra estaba ahí porque tenía que estar. Y tú has pasado la bici por encima porque has querido que así fuera. Si hubieses elegido otro terreno carente de esa clase de piedras perfectas para desestabilizar cualquiera de tus ruedas, probablemente estarías en otro lugar viviendo otra clase de experiencia. Como por ejemplo una aburrida partida al Solitario frente a la pantalla del ordenador.

Te sientes fatal, pero al menos cuentas con esa capacidad para racionalizarlo. Extrañamente, alivia. Qué menos que vivir un poco de oscuridad para ver brillar luego lo demás. Se llama vivir, y es cortísimo.

De hecho, lo único que quiere el deseo es saber cuán lejos puede llegar.








3 comentarios:

A las 8/20/2007 12:25 p. m. , Blogger El Observador ha dicho...

Esta bien eso de que escribas para ti. ¿Para quien si no?

:)

Vaya, esto parece la otra cara de la moneda de lo que escribiste en el flog...

 
A las 8/20/2007 1:51 p. m. , Blogger Dark Santi ha dicho...

Baby Baaaaaa

Listen the temazo on my blog, on the last entry.

 
A las 8/23/2007 10:21 a. m. , Blogger Victoria ha dicho...

Me siento identificada. Esas aburridas partidas del Solitario pueden ser realmente aburridas.

 

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