28.5.10

International Dateline

Dos tilas, preparadas. Dos sobrecillos para un mismo vaso. Una llamada por teléfono con la excusa de imprímeme esto mañana, una confesión de que hay algo que se sale de los bordes de la piscina. El agua. La invasión de... pensar. Pensar en cosas malas. Obsesionarse con tragedias. Dios. Qué. Cómo. Cuándo... Por Qué.

Anoche soñé que una noche me levantaba a las 5 am porque había quedado a las 5.30 am para tomarme unas cañas en el Mareas, con Sara. Cuando salía de casa, la cual era una distinta y en la que vivía con mis padres, llovía como si fuese el puto diluvio. Brutal. Una completa ducha. Unos rayos como lásers. Llegaba al Mareas con Sara y veíamos cómo se habían formado unas goteras tamaño tapa del váter y el agua caía a chorro por diferentes partes del sitio. Allí reinaba una histeria general porque la lluvia había llegado de repente y era tal la intensidad que todo se salía de madre. Nos íbamos, intentando llegar al metro, y de ahí a casa, al resguarde. Pero, llegando por una calle medianamente estrecha al metro de, deduzco, Callao, un avión pasaba por encima de nosotros. Iba subiendo y bajando bruscamente, como si hubiese unos imaginarios baches gigantescos bajo él. Era aún de noche y la tormenta seguía igual o incluso más brusca. El avión da un tremendo traspiés final en el aire y cae en picado justo en un hipotético lago que tiene un hipotético enorme parque, deduzco, simulando a una especie de Central Park madrileño. No se oye nada más, aparte de la psicosis que se forma en las caras de quienes han visto lo mismo que nosotras. Comienzo a llorar, histérica. Me voy corriendo a casa, despierto a mis padres, de repente A. también está durmiendo allí y también le despierto a él. No puedo relajarme en absoluto. A las horas, el par de hijos de una pareja inventada pero conocida en ese sueño viajaban en ese avión. Observo a sus padres tras conocer la noticia. No hay supervivientes.

Es tan real que me tiro todo el puto día pensando en ello. Tan absurdo y tan irreal como cierto fue el penúltimo viaje en avión que he hecho, viajando sola, donde casi me da un ataque de pánico al estar una hora con las turbulencias más gores que he visto en mi vida. Y llevo unos cuantos viajes en avión. Bastantes. Y siempre ha dado igual, pero ahora ya no. Ahora tengo un Puto Problema.

De nada me sirve saber que existe el 0'0000000001 de probabilidad de algo; si existe, es que me puede tocar, directa o indirectamente.

Y, a lo mejor, la culpa de todo la tiene Six Feet Under. O, a lo mejor, yo también necesito una excusa. En todo caso, alegría al Catastrofismo... es sólo una época, right?


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