2.8.08

Tonight.

Sólo hacía falta quedarse un maldito viernes en casa para pensar. Volver a estar sola, entre pensamientos, perspectivas pasadas y futuras, seriedad en el melancolismo. La mierda de la mística la llevamos dentro, y en las épocas de transiciones aparecen poco menos que al final. Si estuviese hablando de otra persona, aquí se acabarían las palabras. Pero buceo en mi innato egocentrismo, acentuado por pertenecer a mi generación, y rehúyo de echar las culpas a la humanidad a la vez que admito pertenecer a ella y paceder sus mismos jodidos males. Y bienes.

Cuando te crías en varios colegios católicos, desarrollas un odio superior a tus fuerzas frente a todo ese mundo. Cuando tu ciudad es básicamente pequeña, la oferta escolar no deja de parecerse a ese adjetivo y las manos de las que dependes en ese inconsciente momento optan por sumergirte en la irónica y curiosa opción de catolicismo-calidad escolar. No lo reprocho. No se aprecia cuando estás en ello, pero es divertido ser el raro de la clase que no está bautizado, que no se confiesa y que se queda mirando al techo cuando los demás se comen la santa hostia. Hablando pronto y mal. Pero luego recuerdas esos años, el mundo rosa que te coloreaban siempre y cuando cumplieses con tus reglas morales hacia Dios, parecidas a la función que ahora mucha gente llama principios.

Ahora Dios somos cada uno de nosotros, como si en algún momento eso no hubiese sido así. Te convencían del infierno que supondría actuar de manera contraria a lo establecido, mientras que finalmente el trasfondo era meramente individualista y... ¿perdón? A mí qué pollas me importaba Dios, si era yo quien tenía que salvarse. Él sólo me decía lo que tenía que hacer, asegurándome la bendita y hedonista eternidad, mientras cumpliese con las reglas. Si ése era el chollo, era una gilipollez no sentirse único. Estaba tirao. Y esto se ve con el tiempo.
Y ahora resulta que el Tiempo es como un dios. O al menos, y no viviremos para contarlo, se convertirá en él en los próximos siglos, dado que con la posmodernidad que llevamos como jeta y lo autosuficientes que nos volvemos será un jodido problema seguir teniendo la capacidad de sentir, de llorar y reír, porque fijaos, pajaritos del campo, que la solución a esos problemas nunca será algo material. Y vamos hacia lo material. Porque es más sencillo, a corto plazo. Y el placer a corto plazo puede arrebatar cualquier inteligencia. Y cada vez, más robots. Y cada vez menos... humanos. ¿O alguien dirá ahora que sólo seremos menos humanos de lo que entendíamos por humanos? ¿Que la evolución hacia el infinito es toda la respuesta y excusa? ¿No dijo otro alguien que estábamos siempre en guerra contra nosotros mismos? Creo que el sentido de la vida tiene un hueco enorme ahí. En la mera definición de contradicción, porque su muestra es... contradictoria en sí misma.

Las reflexiones cada vez surgen de manera más rápida y apenas molesta realizarlas, porque la gracia de lo general es que es aplicable a cada pequeño detalle de mierda que se encuentre en este planeta. Así que tomando al Tiempo como un dios, como ese hijo de puta a modo de prisma que siempre te dará el veredicto cuando a él le parezca oportuno, echo la vista atrás y me doy cuenta de la cantidad de errores cometidos a nivel sentimental. No seré yo quien se arrepienta de haber sentido, sino de no haberlo hecho. Y no seré yo quien niegue ahora querer enterrar todos los errores cometidos, todas las veces que llegué tarde y aquellas en las que llegué pronto. Aún menos seré quien falsee diciendo que aquello por lo que luchaste merezca un olvido convencional aún cuando las formas indiquen hacerlo. Sí seré quien pretenda que algún día el Tiempo me haga ver que aprendí de los errores, y que por ello sentí más. Quizás el material que escoja sea sólo puro material o quizás de en la diana y tenga algo de esencia dentro, más que en la fachada. Al final te das cuenta de que los prototipos son la mayor mentira, y que lo de los curas no iba en tan mala dirección. Seres humanos que dicen escapar del sexo. Alcohólicos del vino y amantes del gore por decir que es sangre. Repartidores de hostias. ¿Cómo no iban a llevar razón en algo?





2 comentarios:

A las 8/02/2008 9:38 p. m. , Blogger Lara ha dicho...

Más que llevar razón, apuntan maneras a veces.

 
A las 8/16/2008 1:58 p. m. , Anonymous Anónimo ha dicho...

sigue, por favor sigue :-)

 

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