9.8.08

Easily.


Adicción.



Baltimore, USA.

Orlando, USA.

Florida, USA.

Edinburgh, Scotland, UK.

Glasgow, Scotland, UK.

London, England, UK.

Dublin, Ireland.

Paris, France.

Carcassone, France.

Lyon, France.

Nice, France.

Brugge, Belgium.

Zürich, Switzerland.

Bern, Switzerland.

Amsterdam, Netherlands.

Budapest, Hungary.

Rome, Italia.

Napoli, Italia.

Venezia, Italia.

Firenze, Italia.

Wien, Austria.

Salzburgo, Austria.

Lisboa, [...] Portugal.

Praha, Czech Republic. Te tocó.

Lo decían Deftones. When you’ll ripe, you’ll bleed out of control. Cuando madures, vas a desangrarte. Se llama viajar. Se llama conocer mundo. Se llama aprovechar la mínima oportunidad de extensión mental (aunque el puto problema venga siendo el teletransporte físico del asunto). Incluso así. El término viajar se usa para tantas cosas que nadie me negará poder ser usado entre cuatro paredes. Y no me valen las incapacidades y desigualdades que gracias a dios ahora, a menos que tengas interés (de lo que se deriva ahorro y cojones) se las pasa uno por el forro de lo que encierra lo clave para la reproducción. Y tal. No sé. Siempre la misma historia. Sales, observas, disfrutas, analizas, vuelves. No es ánimo de hacer parrafada sobre qué ocurre si naces en el estadito español y te comparas con el resto que sí, es cojonudo, pero a buenas hostias de horas elige uno dónde nacer y sí dónde elegir a partir de ahí. Es puro empuje por salir al jodido mundo que sigue ahí fuera y que es capaz de mostrarte en míseros días mayores verdades que cualquier pollada existencialista magnificada por la muerte de un mosquito. Dudo que esto se entienda, como dudas de saber algo sobre la vida en ese momento en el que el prisma vuelve a girar y te muestra el lado que lo cambia todo. Y esto puede ocurrir en Praga, en Guarromán o en el mismísimo momento en el que tu mierda sale del culo y crees haber aterrizado en los cielos. Se exige que haya ciertas condiciones, no obstante. La graduación del cristal con el que miras tiene que estar manipulado, y supongo que ahí entra la calidad de las circunstancias. O no. Lo cierto es que no estoy con suficiente glucosa como para concluir con un verdadero “almost guaranteed”. Preciosas dos palabras. Tragándome estaba el folleto de auxilio del avión, con esas caritas sonrientes dispuestas a luchar contra la caída del avión (vuelta a obsesión con clubes de lucha), cuando no sé en qué puto punto las he visto y, como me viene pasando con ciertos idiomas, las uso durante dos semanas hasta que se instalan de por vida. Almost guaranteed [...].


Will be continued. Si eso.







Un amigo me preguntaba por qué no construíamos ahora catedrales como las góticas, y le dije: «Los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para elevar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión». Heinrich Heine.

1 comentarios:

A las 8/10/2008 12:16 a. m. , Blogger Lara ha dicho...

Me da que has viajado mucho, y no me refiero solamente al hecho de pasearte por aeropuertos de medio mundo. Otro tipo de viaje más profundo, quizá.
Me ha gustado especialmente esta entrada, la verdad :)

 

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