23.9.08

Reading



Brutal. No he llegado ni a la mitad y estoy tan metida que, por primera vez en mi vida, quiero llegar a la parte escabrosa. Qué analista más cojonudo era este hombre.

22.9.08

Prozac making me apathethic, eh.

Estoy perdiendo las ganas de escribir. No tengo motivación ninguna. Lo veo absurdo. Sólo tengo la sensación de que, o sabes hacer fotos y se te ocurren estrambóticas ideas con las que lucirte, o nada, para qué, valor cero. Me cago en la puta, no sé qué me pasa. Debería ir al psicólogo. O mejor, al psiquiatra.

21.9.08

Right rhythm

Y la pena es que no os tenga en Madrid para beberciar como anoche, siete personas en un sofá descubriendo estas maravillas. No es que seamos freaks, es que nuestro corazoncito sólo está lleno de notas y más notas. Y ritmos y más ritmos. Dios santo, escuchad esta batería. 3 de Noviembre en Madrid: de cabeza.




19.9.08

"Yo espero que no me falle tu rabo"

Follow the Yellow Brick Road. Follow the Yellow Brick Road.
Follow, follow, follow, follow,
Follow the Yellow Brick Road.
Follow the Yellow Brick, Follow the Yellow Brick,
Follow the Yellow Brick Road.

We're off to see the Wizard, The Wonderful Wizard of Oz.
You'll find he is a whiz of a Wiz! If ever a Wiz! there was
If ever oh ever a Wiz! there was The Wizard of Oz is one because,
Because, because, because, because, becauseeeeeee
Because of the wonderful things he does!
We're off to see the Wizard. The Wonderful Wizard of Oz!!!!!








Cómo mola volver a tener cinco años. Cinco putos años! Qué obraza maestra...

18.9.08

Remembering

Tiene gracia que llevase toda la vida pensando que "daffodil" era una especie de pájaro exótico fantasioso a lo fénix, y que "Daffodil Lament" tratase de una metáfora sobre renacer y esas polladas. Y tiene gracia porque nunca he querido buscar el real significado, era feliz imaginándome todo eso. Pues ayer me jodieron mi (no erótica) fantasía. Es una puta flor, no un pájaro.

Da igual. La canción sigue poniendo los pelos de punta. Les echaba ya de menos a estos beatillos rebeldes, me siguen pareciendo un señor grupazo en toda línea.

13.9.08

Step III: HEY! Me trying to meet you.

En ocasiones me dejo llevar. Y cuando pienso que me estoy dejando llevar es que no me estoy dejando llevar, porque dejarse llevar es como dejarse llevar. Para un mírese al espejo esto es como usar la excusa de "human after all", que aclara y limita y cierra todas las conversaciones sobre cualquier discusión dudosa, que es de lo que se suelen tratar las conversaciones. Perdón: hay quien siempre lo sabe todo.

Sí. Excelentes profesionales en su campo, elegido tras mencionada circunstancia (¿mencionada? escondida) intención socialmente casual que blablaublaublau reciben el mínimo hostión y los tienes bajo tierra clamando reencarnación completa (dios, ahora es cuando leo este estilo anywhere anytime, but we're human after all, then nothing's new). Cómo hartan los prototipos, incluso los menos sobresalidos. Son los mejores, al altar de la manipulación, de lo alternativo, de lo (oh dios!) 1984.. Tremendamente abortable eso de relacionarte con X especialización, versus implícita, para excusar que hablas de este modo por pertenecer al gremio. El sentido común, a pesar de ser el menos común, existe entre biólogos, geólogos y hasta electricistas.

Pero no pretendas que frente a un espejo vaya a salir más allá que puro ego. No lo pretendas, porque el estómago se da de vuelta y a veces la evidencia es demasiado conflictiva. Por aquello de eliminativa. Y necesaria. Jodidamente necesaria. Así que, por el amor de lo inexistente (que ya es duro decir esto), dedícate a lo tuyo. Que haces falta si lo haces bien.

Entonces escucho cierta electrónica. No sé, por aquello de los contextos y circunstancias vividas recientemente y esas palabrejas que, a la hora de estudiar filosofía (la
justa, la necesaria) te sonaron a pedo y aprendiste de memoria para después relacionar, tras hostiazo cometido, con tu vida y milagros. Qué grandioso creer que los libros, la canciones y los pedos fueron creados para nosotros mismos. Si es que hay que joderse, la unidad que somos, ¿eh? Y queriéndonos separar unos de otros. Like a friday night teenager show freezing in the corner. Realmente me pone el inglés, si quisiera ser guay estaría mirándome al espejo y gastando 500 euros en gilipolleces. Cosa que no niego, ahora que tengo dos estanterías sobra espacio y discos originales a cinco y seis euros son la esperanza sentimental de este productivo año que se avecina. Happy bithday to you, lo moñas que está quedando.

Y eso que ser moñas mola. Ya te digo.
Cuando tiene sentido, y todo. Cuando la inocencia hace un I've come back! y vuelve por vacaciones y.... sí, ese era el tercer paso. Escuchar a los Pixies tras X años te convierte en duende: no necesitas más que los justos (well) alicientes dogradictos para alucinar. No sé, debería haberme quedado estudiando a las células: no hablaban. Imagino que sentirían, más que nada por las burradas que cometí en las prácticas de Citología. No se puede incitar a la investigación de un puto trozo cerebral by rata a las tres de la tarde, cuando la cafetería de esa facultad es tan jodidamente atractiva. Ay, dios, how I miss it.

How I miss a lot of stuff. Stuff es... pues... cosas, mogollón, trozo de todo, mierda en sí. Y esto no viene de letras de canciones, sino de los putos Simpsons, con lo cual ya
soy normal. Ni que la vuelta al cole afectara, de veras, se es capaz de echar mierda de menos y ver un horizonte tan difuso como cachondo. Alomejor es porque estudio lo que estudio, y apenas he tragado mierda aún, pero manda huevos la distancia que se toma de las cosas. Es como si un huevo frito se estuviese friendo demasiado, da igual qué sartén sea, que te parece gracioso y le ves la salida (vía mango, que no quema, a menos que el puto filete de pescado estuviese tan congelado que el aceite te conquista unos cuantos planetas).

(Vivir solo, una experiencia parcialmente online).


Pf. Me duermo. Es hora. Nada como acabar exámenes,
irte de fiesta a lo burro, pasar de babosadas y de "joder, nunca había encontrado una tía así", sinónimo de X que no me apetece soportar y tener una necesidad de escritura más allá del planeta conquistado por aquel filete. Angelico. TV pro. En el fondo, y es que es jodidamente cierto, lo que importa en esta vida es la manera de conseguir lo que te gusta: música, cine, libros. Todo lo demás, pollas y coños. Como siempre. Quisiera ponerme en pros del significado sentimental pero hay demasiado calientapollas camuflado o sin camuflar suelto, y así viene siendo poco seguro.



P.D. Fuck the world and liberate our time. Me gusta demasiado la música. Dios.


Y ahora, yo. Que con coletas soy guay.





10.9.08

Step II.





Evolución de la calma.







9.9.08

Step I.



Evolución de la tormenta.



6.9.08

That tonight I'll feel like more


Esto comienza a parecerse a lo que no quiero, pero ahora mismo tengo la piel de ese color, suponiendo que ese color sea rojo, y sólo soy capaz de escuchar esto.








5.9.08

Something called true friendship.



No quiero distanciarme. No quiero que nos separen 500 putos kilómetros de nuevo, por distintos que sean. No quiero cagarme en dios cada vez que me faltas y no quiero perder la fe en que encontraré una persona lo más mínimamente parecida a tí. Porque con tu jodido frikismo eres adorable, porque con esa jodida inteligencia eres un jodido imán y porque hemos vivido tantísimo al lado que no concibo una puta época sin ir hasta el culo por la calle haciendo el pollas como si de la condición de tías estuviésemos absueltas, o en posición vertical sobre cualquier parque analizando del guisante al iceberg y coincidiendo en el 99% de las cosas, pero de la suficiente diferente forma como para encajar el puzzle. Siempre he dicho que las pruebas de fuego con las personas están en los momentos más chungos, y en tantos años ha existido un equilibrio en el que si eso debía y tenía que caer, lo ha hecho, con el único destino de ayudarnos a no desfigurar nuestros propios principios. En otras palabras: bestias para lo bueno y bestias para lo malo, y al pie del cañón. Te quiero, joder. Y Barcelona tiene una suerte de la hostia al recibirte.

1.9.08

Qué coño


Desde que llegaste ya no vivo llorando ¡eh! vivo cantando ¡eh! vivo soñando ¡eh!





Oler tus propios pedos bajo la sábana y, entonces, empezar a creer en Dios. Correr detrás de alguien en la playa con una paleta llena de arena mojada. Que suene el temazo muevecélulas por excelencia cuando la conversación y el ciego de cualquier noche está en su punto álgido. Conducir con la ventanilla bajada, cantando a grito pelado. Descubrir el trozo de piel que te pica rabiosamente, rascarte clamando al cielo. La birra. Ducharte y acostarte en una cama con sábanas limpias. Los 10 segundos que preceden a que comience un grupo que llevas milenios esperando ver. Vociferar Despite all my rage, Im still just a rat in a cage (Bullet with butterfly wings, Smashing Pumpkins). Una buena conversación postcoital. Aprobar, y con nota. Andar desnudo por cualquier sitio. Ponerse lentillas por primera vez y salir a la calle, tras media vida siendo miope con el consecuente acto de omitir a quien te saluda. Bailar, pero bailar bien. Bajar por Gran Vía informando al mundo de la función vital de los centollos. Bajar por Gran Vía haciendo el pollas, básicamente. Estar en un país extranjero con alguien a quien quieres. Ensimismarte sintiendo la potencia de un bajo que retumba en un concierto. Marcarte un solo de batería cuando estás en una silla rodeado de papeles y acabar sudando, en la intimidad más absoluta. Llorar con alguien, aún siendo en su sentido más drástico. Mr Barbarian y Mr Perfect de Martes y Trece. Ver que tu padre observa el mar con prismáticos porque hay tormenta y siempre se cree que se aproxima un tsunami. Tirarte un eructo en la calle (casualmente) mientras te cruzas con alguien, y echarle la culpa al colega (género masculino) que va contigo. Fiestas de espuma y un retroceso a la guardería que te hace sentir más vivo que cualquier droga. Dragon Kahn, primera fila y a la tercera vez ir contando los looping. Recibir un disco personalizado, esto es, que te han grabado un popurrí de canciones pensando en ti. Partidos de fútbol. Llegar al Malevaje jugando al susodicho con un maldito trozo deloquesea. El primer puto beso que te das con alguien que realmente te gusta. Un fin de semana entero follando con ese alguien. Descubrir gente con compatibilidad máxima en Last FM (don’t kill me). Sacarse el carnet de conducir. Ver Amelie, Big Fish o Alta fidelidad por decimosexta vez consecutiva. Ser animal, y serlo con sentido. Edimburgo. Nueva Zelanda. Viajar en avión. Sentir que tú lo pilotas, sí, como ese niño pequeño que va al otro lado del pasillo pensando exactamente lo mismo. Cosquillas, pero no cualesquiera. Tocar el piano, o mejor dicho, lograr una pieza entera tras X meses desesperándote con ella. Gruñón, el enanito cabrón de Blancanieves. Metro de Madrid informa: todos los servicios funcionan con regularidad. El jodido monigote del Word que es un clip y que te pone ojitos. Cualquier conversación en la que la imaginación vaya al mando. Una política casada con un esquimal y con un hijo con Síndrome de Down. Leer en la cama por la noche. Encontrar tus escritos de recién nacido adolescente despotricando contra el mundo y no poder parar de reír mientras los lees. Un nuevo disco de uno de tus grupos favoritos. Despertarte con alguien maquinando en tus bajos. Correrse, ya que estamos. Recibir a alguien corriendo y con los brazos abiertos. Descubrir que Downloadgraphy ha sido actualizado. Reconciliarse, vía abrazo. El mejor chiste del mundo by Monty Python. Sacar punta a un lápiz. Tomarse un café calentito cualquier mañana de otoño y que te falten las ardillas correteando al alrededor para sentirte protagonista melancólica en un fondo anglosajón. Cagar. Es más, cagar y mear a la vez. Toquetear un Macintosh, por dentro y por fuera. Una siesta con compañía. Hablar balleno. Ver el guarrazo de alguien contra el suelo y, salvo drama, reírte en los veinte minutos siguientes. Echar una carta a un buzón. El pollo. Oír/decir te quiero mientras intercambias fluidos. Descubrir que aún te sabes la tabla de multiplicar y el abecedario. En verano, en la cama, separar las piernas para que la parte del centro se enfríe. Perderse unos días en medio del campo. Ir en bici. Sentir la extrema M-suavidad de las sábanas. La serie Dinosaurs, y Fraggle Rock. Escuchar las olas mientras te duermes. Tranvías. Tortillas. Mayonesa. Atún. Comer después de un festival. La sensación indefinible de haber aprendido algo. Pillar un documental sobre X especie uni/pluricelular y que te enseñe y aclare más cosas sobre el sentido de la vida que cualquier diarrea mental que puedas crearte. Decir "ni guarra". Aportar algo a alguien. Irse de cañas y a la tercera estar gilipollas. Que las miradas lo digan todo. Leer sobre los griegos. Coffee and cigarettes. Estar en silencio y estar cómodos. Debatir hasta que amanece sobre cualquier pollada mística, y con sentido del humor. Que te abracen de repente por detrás. Los juegos de mesa. Despertarte una hora antes de lo que deberías, darte la vuelta en la cama y sonreír cual Emperador del Universo. Los calcetines planchados. El primer sueldo. Manoseos en el agua. Hacer el pino en ésta. Las croquetas de La Pepita (Madrid). Masajes capilares. Mirarse al espejo y decir "Soy guay", mientras el espejo te contesta con algo que no querrías saber. Pezones, al erizarse. El olor de las panaderías recién abiertas. La portada del Californication. Decir "adoreibol", "taburete" y otras muchas más. Descubrir un grupazo. Sacar las fotos en papel fotográfico, o como pollas se diga: esto es, las fotos de toda la vida, que se tocan y manchan. Buscar una palabra en el diccionario y encontrarte de camino una (cien mil) que habías escuchado y no sabías qué significaba. Los "me gustaría volver a verte". Pósters. Cintas VHS. Tormentas. Cärlos, de El Jueves. Tiendas con imitaciones perfectas de objetos antiguos. La Mierda Blanca (sustituir, si eso, por otro odio de los "con todo sentido deportivos"), cuando pierde. Encontrarte con gente de distintas nacionalidades y entenderse en un mismo idioma. La base de galleta de las tartas de queso. La carta del Vip's (a tomar por culo, sí). Las entradas de conciertos originales. Colgarlas en la pared postconcierto como si de un diploma se tratase. El hecho de que jamás podría acabar esta lista.



Por eso mismo, quien quiera que añada. Servirá de enlace para toda queja emohumanística (o gilipollas, que viene a ser la definición común de todas las generaciones).
Qué coño.