29.4.10

Caí en la trampa

Llevo 24 horas dando por saco con él, así que aquí no iba a ser menos... ueeeeeeeee! ¡¡¡Pero qué fiesta, joder!!!


En la ducha, pa' vestirse, pa' lavarse el careto, en el metro, en la calle, cuando el Barça pierde la Champiñones... tremendo este conciertazo. Uf. Uf. Uf.

28.4.10

La Marcha del Golazo Solitario.

Sólo hay una razón por la que habría que hacerlo, y es que es como mejor salen estas cosas: hablándolo en cinco minutos, bromeando (porque las mayores verdades son las que se dicen bromeando), contando un par de posibles coches, de tiendas, de sustancia de supervivencia a dos decenas de euros por cabeza, de... Fabulosos Cadillacs, S.A., EUKZ. Va siendo hora de un revival adrenalínico así... tanto que la cabeza se va a teñir de azul, sí, sí, como el color de los virus...
También he llegado a la conclusión, después de plantarme el Hola y el Chau de LFC y el conciertazo de Manu Chao y Radio Bemba de hace la tira (a falta de Mano Negra... bueno, a falta de Mano Negra no hay nada que lo supere), de que no quiero morirme sin otras tres horas como las del verano del 2007 en el Espantapitas (Manu y Radio Bemba, primeras filas, ni un jodido segundo sin barullo y sin música, cinco kilos menos al final del concierto).


Ahora, por favor, por aquello de toda palabra que empieza con con- (contraste, contradicción, contrario...) ved ESTO, totalmente inconexo con... con... CUALQUIER cosa. Ay. AY. Y además está dedicado. Porque te pongas como te pongas, te lo voy a dar.

25.4.10

Best (Sun)day Ever.

Las cosas que hacen mella son las que se componen de contraste. O sea, no es que esas sean las únicas, pero los pasos de la tormenta al arco iris, al sol y al olor a lluvia son los que, como si fuese el ánimo de un tejemaneje llamado, yo qué sé, Esencia de X, se te quedan grabados una buena temporada, y con suerte, de por vida.

Anoche se dio uno de ésos. En menos de diez minutos el negro pasó a un blanco cegador, imprevisto; las gafas de protección andaban colocadas porque si algo tienen las malas rachas, es que te enseñan lo que cuesta mucho aprender. Normalmente. Da igual, ese no es el caso. La cosa es que cené cualquier cosa, me vestí a lo ligerísimo primaveral en cinco minutos, me dio la gana de colocar esa raya negra sobre los ojos que me hace sentirme algo orgullosa de lo que pueden llegar a ser mis ojos. Llegamos a la calle del Goodfellas, nos pillamos latas y latas de cerveza, la conversación es fluida, íntima, de corrido; la temperatura de 20º consigue que sólo entremos al bar un rato por puro hecho del "ya que hemos venido hasta aquí". A los veinte minutos, "vámonos al Wurli". En San Bernardo, "Bah, taxi, que sale a euro por cabeza" "Me parece más que estupendo", el taxista pone morros al oír criticar el cero riguroso programa de Íker Jiménez que anda escuchando, en el Wurli no nos dejan entrar porque la cola es sinónimo de lo tarde que ya es para lo gratuito. "Vámonos al... ¿Barco?". Y nos fuimos. Y la música fue la hostia, de sorprendente. Y me sentí realmente agusto, tan agusto como hacía meses, mesazos, que no conseguía estar en un ambiente así. Y Ramones, Prodigy, RATM; los de siempre fueron desfilando, y parecía como la primera vez. Y me acordé de Granada, y de Almería, y de las locas salidas secretas que en Madrid he ido mamando. Y me acordé de la edad que ya tengo, y miré de otra forma distinta a quien tengo al lado, y todo encajaba por el mero hecho de que tenía que ser exactamente así.

O'muiño abría a las 06.15. Desde las 06.00 justas, una veintena de gente anda esperando igual que nosotros. Un sentimiento extraño, como perteneciente a este país y a ningún otro, algo así me invade. Y me río, la verdad es que es un cachondeo magnífico. Somos rápidos, nos quedamos con una de las tres mesas. Enfilo hacia la barra, ya llena, y pido cuatro pinchos de tortilla, una ración de croquetas. El tío de al lado intenta ligar conmigo, chapurreando medio francés medio español, sus amigos dan el do mayor de las horas que son, con un tono que cae muy bien, intentando hacer lo mismo que el francés. La verdad es que, lejos de tirarme parques botánicos de flores a mansalva, sé que a pocos metros tengo a quien quiero que sea el único que me tira los trastos, y me río con ellos y les doy mi opinión acerca de mi vestido, comparándolo con las cortinas de nuestras abuelas. Y la comida está lista, nos la llevamos entre Sofía y yo, pero los cuatro comeremos casi en silencio porque los pinchos están para transportarse directamente al paraíso.

No vuelvo a mi casa. Me voy hacia Lucero, pero nos paramos en La Laguna, porque así la cuesta no es hacia arriba sino hacia abajo. Son las 07.15 de la mañana y en el metro nos hemos quedado a ver un partido de fútbol en el andén, cuyo resultado ha sido gol del tren al pasar por encima del balón. El cielo está de un azul intenso, en un parque hay dos personas subidas a un árbol, yo sólo pienso en esa cama y en ese calor humano. Tras horas de sueño profundísimo, comida china está puesta en la mesa, Conan El Bárbaro en la televisión. Una especie de moño recogido de cualquier forma, una camiseta enorme de marca de deporte y unos pantalones de baloncesto son el uniforme de un amanecer de domingo a las 15.30 horas. Me atrevo a jugar a no sé qué videojuego de dar hostias sin razón alguna. Los personajes son dignos de una fumada importante por parte de los diseñadores informáticos. El Grand Thef Auto aparece en la pantalla y yo me animo a coger el mando en cuanto veo que buena parte del juego consiste en conducir un coche a toda velocidad por el símil de Nueva York. Son las 18.30, con el día que hace, hay que salir a la calle. Nos bajamos en Ópera, andamos hacia el Palacio Real, bajamos a losSabatini, el sol en la cara es como una bendición que marca la excepción. Por la calle Bailén, nos paramos en la zona de las Vistillas, yo prometo ir este año y eliminar de una vez huellas que sólo provocan mala hostia infinita. Retomamos Bailén, aparece Embajadores, giramos hacia La Latina, saltamos a la Plaza Mayor, mil temas de conversación, refuerzos al sistema digestivo, volver a Ópera, coger el metro a casa; todo, sencillamente, fluye, y la palabra a la que todo el mundo tiene miedo aparece en mi mente, no hay ninguna duda de que está iluminada en un capítulo en el que no existen ni pilas, ni bombillas. Por si fuera poco, es domingo. Y ahora descubro que en todas las fotos salí riéndome, con la piñata con luz de neón, importando un huevo cualquier cosa que no fuese tu criterio y el de los que te importan.




23.4.10

Whores in my head


Amo este maldito tiempo. Que llueva mientras hace sol y que las Dc Martens hagan de las suyas con su uso, y la chaqueta de cuero sea justo el puto punto de temperatura que se necesita. Ni en tirantes sudando a chorro ni con cuatro kilos más de ropa encima y el conveniente cabreo al entrar en cualquier medio de transporte que se medie. Entonces es cuando Madrid me cae un poco mejor. Y Dublín, si ese fuera el caso.

Suena la tribal Chip Away (Jane's Addiction), y con las botas aún puestas me sigue apeteciendo lo mismo que me ha apetecido en la calle y en el metro mientras sonaba esa canción: correr e ir dando patadas a las cosas. Coño, es lógico, escuchad esa canción y decidme si en un día de cabreo no os da ganas de pintaros un par de rayas en la cara y salir corriendo detrás de cualquier grupo de gente a la que precisamente odiéis. Y no me toqueis los cojones con que sois seres bondadosos y libres de espíritu que predican un no sé qué optimismo inteligente: odiar es necesario y vosotros también lo haceis. Ejemplo al canto.

Porque el día es de mierda y largo y las piernas parecen aguantar tres toneladas a pesar de que el grueso de los muslos sea el de siempre. Y tengo el punto agresivo en su máxima expresión y suena Chip Away, luego Whores y la voz de Perry Farrell es una especie de audio profeta porque no contiene más que liberación de una forma a primera vista, cómo decirlo... muy maricona. Entonces me imagino que apareces en medio de mi camino y, a ver, un intento de expresarlo... tu cara se parte en dos. Y las dos partes en otras dos. Y las cuatro partes se unen en una cola de cerdo que se te pega al culo. Y eres un cerdito sin cabeza. Y sigo mi puto camino, y el videojuego termina poco después.

La lavadora no tira. La máquina de la caja del Día se queda pillada justo al pasar mi tarjeta y los siguientes treinta minutos están destinados a observar cómo funciona el panorama, mientras toda la clientela de la cola, que antes que ocurrírsele irse hacia otra, se quedan mirando, lo cual hacen en división de pareceres: a unos les debo parecer una Pintas De Ésas Con Botas y Pelambrera, a otros no sé qué coño debo parecerles porque su cara es un poema entre posibles opciones que paso de imaginar. Mi cerebro lleva consciente muchas semanas seguidas y me pide a gritos emborracharse. Viejos discos punkarras vuelven a mis manos y tengo un cansancio extremo en dar explicaciones. Todo, absolutamente todo, se marca un tanto y se enlaza en una sola frase "I don't see the urgency in explaning", Nofx dixit.

Un cartel gigantesco y luminoso parpadea Carencias Básicas. Como si de un totalitarismo asumido se tratase, casi asiento con la cabeza ante él y luego le dedico un corte de manga. Chip Away late, me acuerdo de citas memorables escritas sobre la Paciencia, miro el techo, necesito una cerveza, o mil.

21.4.10

They march on


¿A nadie le ha pasado? ¿Que una canción defina su actual estado anímico? Evidentemente, y no hace falta que nadie lo escriba. Así como si me hubiesen pagado por hacer una pollada periodística estilo Cosmopolitan o revista tipo Sea Usted Ecológica, pero es bien cierto, hoy ha pasado, está pasando. Van tres veces sonando, millón de veces de piel de gallina, billón de gracias al personaje hermamigo que me la enseñó. Y hoy ha sido un día muy largo. Y ni es la primera canción ni la última, ni el día 0 ni el infinito, simplemente, sencillamente...

"En los laboratorios de la Oficina Sexual nos hacen un examen minucioso, determinan con exactitud la composición de las hormonas sexuales en nuestra sangre, y nos diseñan la correspondiente Tabla de Días Sexuales. Luego hacemos una declaración acerca de que deseamos utilizar nuestros días con tal o cual número, y recibimos el pertinente talonario de color rosa.
Eso es todo."

Zamiátin, "Nosotros".


16.4.10

I rather die than give you control

¡Cosas! En Agosto cae interrail por Escocia e Inglaterra. Y una guía de Lonely Planet de Great Britain, aquí a mi lado, lo confirma. Un finde, en casita "del sur", para devorarla. Con mucho gusto acumulado. ¡Cosas! Tengo curro. Unos días a la semana. Genial. ¡Cosas! Esa pedazo de hermana que tengo me ha regalado tres cosas más, entre ellas un libro de tiras cómicas de un argentino que tiene toda la pinta de aspirar a "Los cinco mejores..." y... un MAPAMUNDI. Ole, ole, ole... la de años que llevo esperando el mapamundi. ¡Ais! Peligro no, lo siguiente...

¡Cosas! 8. ILY.

¡Cosas! Ando leyéndome "Nosotros", del ruso Zamiatin. Novela antecesora de "1984" o "Un mundo feliz". Un Orwell y un Huxley declarando haber mamado influencia de esa obra. Unas 30 páginas más el previo prólogo leídas y un no poder parar... alucinante. Orgásmica. "S", el que anda "doblemente curvado", y su acompañante, esa extraña "I", me van a dar un juego al que mandar la imaginación de tres pares de narices. ¡Ay, los rusos, siempre haciendo todo antes!

Cosas. A los treinta segundos, sin contarlos si quiera, el corazón vuelve a latir a su ritmo normal y el torbellino que encierra el cráneo vuelve a consistir en una piscina donde no hay olas. Y todo es un tremendo chiste. I'm over it.

9.4.10

Well how's your view of things today?


I've become a fan of the NBA. Actually, Boston Celtics' one. Their t-shirts are wonderful. Their play's amazing. My father had a lot to do in all of this. The complete show of the whole thing, NBA, is the definition of motivation: I didn't have such a funny time since the last orgasm, and I know what I mean with that. So great. Leeeeeet's go Knicks! Screeeeeeam! GET LOUD!. I didn't have a fucking idea of the game, the teams, the stuff: I cheer the Knicks and the Celtics up at the same time, and that explains what an ignorant I can be so many times. So happy about that. More than happy about the screams, the songs, The Show. So fucking yankee, but I liked it. It's a good exercise to know how to separate the sentences you've heard since you were born from the reality, and then, decide if you like it or not. It's such a difficult thing. It has a lot to be with getting older. I'm more than more than happy about that. Two minutes video of the final here, and here. Zoom didn't worked. It's nothing compared to the reality we lived there, snif.

At 7'05 a.m. in Spain's break of lawn we were landing in Madrid. Seven hours before that, a strange group of eleven human beings were under the heavy sun of New York, carrying on their baggage and looking at the city for the last time in such a different ways depending of the eyes that were looking at it. With that recent memory, and without sleeping at all, Madrid arose as a village which, on top of the big change, was still grey, and lonely, and reminding shit. Reminding things to be done, was the final thought. Yes, more than happy about that. What came next wasn't that lovely, somehow home's light had been gone, somehow (doesn't really want to know the fucking process of it) the food of the fridge was totally decomposed and the smell of the entire house was Hell's Welcome to Reality. You know, if it happens any other day, with your 8 hours slept, it's different. So fucking special when the case it's another, say, the opposite. As if God tried to tell me not to come back (let's assume he's a good guy, just for a while) last year happened not the same, but actually a worse thing: no light, yes decomposed food, no hot water, no heating. Don't know why, but that time didn't disturbed me like this one. If it's not because of my mother, I would have called to the fire department, told them to take away that kind of hell's smell of here, stayed in A.'s house for a week. But paradise exits sometimes, specially when a mother gives you life, clean your poo, then clean out the decomposed food from your fridge. I owe her life, that's for sure. More than more than more happy about that.

The rest it's about sleeping 9 hours, going to a Clinic Psychology motion in which I've add ideas to the conclusion that Psycholand needs another fucking direction not consisting in bullshit about medicine, biology, excuses, slogans, determined "That's Good, That's Bad" one that means "That What You've Been Hearing For Ages, Don't You Dare To Question It", what connects perfectly with the whole politics, economics, etc. thing nowadays... mankind's days. Happy about that, 'cause once you've seen a problem, once you know you can contribute to solve it, once you feel something inside you growing like heading somewhere... clearly defined? I don't know yet, I can't know it yet, but I'm happier that before about it, and that's a lot to say.

The rest of the rest... it's Stone Temple Pilots' Army Pants & Lounge Fly (EP Purple), A.'s new guitar which I've played today for the first time, the 23th, the gifts, the family, the weird feeling that I've grown like ten millenium in a couple of weeks.





6.4.10

Number 1

Somehow I'm not impressed. Somehow you, in the book of talking about myself, are actually older. Somehow I don't fuckin' care about you, about the existence of my patience or not, just do it, just action, just well done. Somehow I'm planning on things which will take place in a long time, while they fuck me right now. Somehow I'm in New York, for the last 24 hours. Somehow I realize I'll do whatever to come back, and to show it to you next time. Somehow I really miss somebody, but a difference takes place: I really love this person, this person really loves me. We really have each other, there's no fuckin' third of fourth person dancing around and playing part of a show. Somehow I smile and then a laugh emerges from the ground: people hate with a lot of passion. I actually did it, then saw how somebody behaved, then don't fuckin' care if you haven't wished me a happy birthday because I didn't do it to you because your entire behavior has showed no sense at all because of some reason that obviously don't marry two emails and some tries to show you what a stupid thing can be life and how I really wanted to solve that completely and misunderstood thing. The Cranberries sang it pretty well in "Wanted" song.
Somehow my family is all proof that things can be done, things can be rectified and those all "delicate" things can be organized in a whole circle that in time, completed, is the meaning of life. Somehow... I will remember this day for the rest of my life. So, thanks.

5.4.10

23th. Harder. Faster. Bionic.

Por qué. Te preguntas por qué. Por qué al llegar de la cervezada neoyorquina celebrando con desconocidos que son las 00.00 del día de tus 23 años, recibes un trompazo en las narices justo al menor curioso indicio de que, quizá, sí que las intenciones de aquello de dabas por perdido podían ser buenas. Por qué. Qué necesidad. Y es un trompazo simple, para nada como los primerizos, como los que te hicieron perder el tiempo más que ninguna otra mosca que se había cruzado en tu camino. Pero por qué. Por qué todo, en general, y ahora, aquí, de lo que hablo en particular, se empeña cada vez más en ser un tremendo chiste, un chiste vital ante el cual sólo te queda reírte y opinar: "Esto ya lo suponía". Coño, es que es verdad que lo suponías. Es que era tremendamente sencillo. No te las das de vidente, sólo te las das de dedicar mucho tiempo, perdiéndolo o ganándolo, pero desde luego dedicándolo. Todos esos fantasmas sólo han dado el resultado de algo maravilloso, que ahora deleitas y saboreas siendo consciente de que, no siendo ninguna recompensa impuesta por ningún Juez del Tetris que "Karma World" implicaría, es algo que nunca dejarías escapar. Parte de dos, por la tuya está enormemente compuesta de lección hasta el último rincón aprendida. Y entonces ocurre esto, y el por qué salta a la superficie. A los treinta segundos, sin contarlos si quiera, el corazón vuelve a latir a su ritmo normal y el torbellino que encierra el cráneo vuelve a consistir en una piscina donde no hay olas. La conclusión es lo que queda, y el por qué se traduce en un nunca podría. Nunca podrías aceptar a quien te ha hecho daño conscientemente, inconscientemente, de primera y de decimosexta vez. Nunca podrías tolerarlo desde ningún punto de vista tolerable, sensato, adulto e imparcial. Nunca podrías dejar de ser tú, y convertirte en el show de lo que nunca quisiste ni querrías ser.

Así que lo siento. Pero no. La empatía no se aprende en los libros. Por ende tampoco nadie va a dar lecciones, porque están formadas de frases, de palabras, como los libros. Se aprende cuando la prioridad es aprenderlo. Nadie la impone. Sólo surge, si es que surge. Si nunca te importó perderme, menos lo va a hacer ahora. Como sexo, como sentimiento, como ¿inteligencia?; como el conjunto: como persona. Y esto son pensamientos en voz alta a las 3.06 a.m. del día de mi cumpleaños, en el Upper West Side en Manhattan, con la chisporrotería de cantidades de Guinness ingerida. Sólo me importa a mí, y gracias.

"Lo que me impresiona no es que me haya mentido, tantas veces, con tanto ahínco. Lo que me impresiona es lo que piensa de mi inteligencia". Somebody said this.

Y todo se reduce a saber que estás vivo, y podrías no estarlo, de hecho llegarás a no estarlo. Cuento de buenas noches, a lo que suena. Los tumores malignos, los virus, las analogías con éstos y las diarreas mentales se cuelan por la alcantarilla y el Chiste que es la vida sólo dice... ríete. Te saldrán más arrugas, podrás decir que has vivido.

23th. Harder. Faster. Bionic.


1.4.10

Die Zauberflöte (I)


Sabía yo que el día 1 de Abril, como si fuese el tirón de agarre de la primavera (y hasta aquí el apartado moñas), iba a hacer un solazo y una temperatura dignas del cuadro. Así que lanzarse al Central Park y andar, andar, andar, era la única opción posible. Joder, QUÉ COJONUDO ES. Los árboles aún no están florecidos y son ramas desnudas con las que Tim Burton podría hacer diez apartados sombríos de su próxima película (con suerte, Big Fish sale a la superficie).
Hay muchas zonas en las que no dejan pisar el césped porque aún está creciendo. Hace un frescurri de repente que te recuerda que la cosa aún está a medias de creérselo... pero es Central Park. Es gigantesco, es inabarcable. Pero vive dios que no hay parque que lo supere, excepto quizás los japoneses... pero no, en una urbe como ésta, ni de coña.



Totals, que yo me voy a duchar y a vestir de princesita para ir a la ópera... porque soy muy chic y me encanta cierta música clásica. Y hoy, precisamente, desde hace unos cuantos meses, tenemos entradas para La Flauta Mágica, de Mozart. Mi obra por excelencia, mi definición de lo que la música significa para mis entrañas. En la Metropolitan Opera House, osease, la crème de la crème de las pastelerías. ¿Qué coño puedo decir? Que a quién le importa todo lo demás en este preciso instante. Sólo relucen las cosas buenas, y eso es lo que tiene que ocurrir.

Yiha. Yiiiiiha.


Etiquetas: