31.10.08

Un poco de sangre en las venas




Chachi.


Me flipa esa palabra. Chachi, chachi, chachi. Luego está chacho, que es como del sur y se acompaña de tío. Chacho tío, esa gran expresión. No niego usarla cuando estoy en el meollo de unas veinte personas almerienses y pongamos que el alcohol y la confianza hacen de las suyas. Aunque la verdad es que eso del alcohol ha sido por excusarme de alguna forma. Me encanta decir chacho tío cuando estoy allí abajo. Aquí sería imposible. Ni en las veces que un madrileño hace la coña de imitar al andaluz, si ya de por sí un madrileño tiene gracia la mitad de las veces menos tres cuartos. Que no. Ya sea con su acento, ya sea con su cerebro, ya sea con su movimiento de manos y piernas, ya sea con su polla... hablando pronto y mal, hay que conocer ciertos límites. Así todo tiende al equilibrio. Y otras chorradas. Pero es que tengo el día crítico cabrón porque ha dejado de llover y ahora sólo se limita a hacer frío a secas. Por cierto, Chacho también se hace llamar el compañero sentimentaloide de mi sista. Es que novio suena fatal, siempre, almenos en esta lengua. Está la opción de compañero de dúo musical, aunque en su caso sea un dúo frikense que hace viajes a Japón y se trae una maleta extra llena de unas paridas increíblemente geniales. Cuando se fueron a vivir juntos pensé que en su buzón harían la gracia de "Chacho de la Torre, Ana Gil". Más que nada por parecerse simbólicamente a lo que su casa luego encierra, que es un paraíso de peluches cachondos, figuritas de Star Wars, discos y una habitación exclusivamente llena de libros, cómics, cassettes y juegos de mesa. Con una alfombra en medio rollo "cuarto de juegos". Pero no. Fueron serios, con lo del buzón. Supongo que llegas a los 30 y te ríes de todo, menos del cartero.

Chachi, pues... era el inicio de esto que ando escribiendo. Que es una palabra estupenda.

29.10.08

A soap impression of his wife which he ate and donated to the National Trust


Dejarás de pensar por belleza. Dejarás de latir por belleza. Dejarás de respirar por belleza. Dejarás de ver por belleza. Dejarás de amar por belleza. Dejarás a la rutina por belleza. Dejarás a la belleza por belleza.


Pongamos que te mueves por belleza. La belleza tiene muchos nombres. Comodidad. Oportunidad. Huevos fritos con patatas. Yo qué sé. Siempre hay un nombre oportunista que la define y que justifica un posible mal uso de ella. Esto es, el que avisa no es traidor. O quizás sea que el mata no es traidor. Al conjunto de la belleza se llega por aparencia. El típico sermón coñazo que después te explota en la cara, como el protocolo de mordisquear el típico bollo haciendo presión para que el chorro de chocolate vaya directo a las glándulas salivares, por no decir al cerebro. Con los sermones y cuentos chinos ya se sabe. Normalmente hay que recibir una pequeña dosis para mantenerse sobre tierra. Para leer novedades ya sabe uno dónde puede dirigirse: asómate a la ventana. Belleza igual no ves, pero novedad seguro. Probablemente en forma de pensamiento. Aquí saldría un bocadillo de pensamiento diciendo "soy un poco tonto". Tú, desde luego, no lo sabías.


Apariencia. Vas a ver la exposición de tal por unos cuadros cojonudos. Quizás su autor estaba pensando en holocaustos, pero de eso sólo te darás cuenta si sigues profundizando. Alucinas al descubrir que has encontrado tu vocación y corres hacia ella como si fuera el mejor amante disponible en un momento de éxtasis hormonal. Quizás cuando lleves un ratito haya tantas piedras en el camino que se te haga imposible ser optimista, así que pasas a otro momento de éxtasis hormonal en el que echar a correr hacia otro amante de alto standing. No siempre debe uno saber qué quiere exactamente. Sólo cuando tiene que saberlo. Recuerda lo que te enseñaron. Deber no es lo mismo que tener que. Haz apología de tu libertad en esa frase. Verás qué miedo. Plaf. El chorro ha ido directo al cerebelo.


23.10.08

Would you switch transition.


It could be strange but it doesn't have to. Siempre me transporto a Londres para colocarme frente a esa casa (rodeada de ardillas asesinas) cuando Trent Reznor me grita por los auriculares It didn't turn out the way you wanted it to, it didn't turn out quite the way that you wanted it y siento que comparto la frase. Pero la verdad es que con lo que me quedo es con el grito de "Now", que viene justo después, cuando ya no estoy frente a esa casa sino que he entrado en ella.


21.10.08

Pirulet World


Los percebes. Más feos que la hostia, más ricos que todas las otras hostias juntas, o eso dicen. Hay quien va a entender (y sino la montaña irá a Mahoma) por qué relaciono a ese bicho con esta descripción de lo que verdaderamente quiero describir*




Oda al pollo.

Oh pollo, pollo. Oh, pollo, pollo pollísimo, pollo eterno. Tú bendices mis días y aclaras mis sombras, sagrado tú eres entre todos los seres. Pollo, digno de la mejor belleza interior jamás vista, pollo cariñín, pocos hay que te odien, ésos serán los que nunca aclaren sus días con tu bellísima luz que me arropa por las noches y me da besitos entre almohadones de azúcar glas. Jamás sabrás lo que me aportas, oh pollo, desde que llegaste; mi ser, mi luz, mi guía, mi inspiración, mi amante sin compromiso, mi amigo. Eres tan especial como una nube de otoño clareada tras nubarrones indecisos, eres la última hoja que cae del árbol esperando ser recogida por mis desesperadas manos, eres la luz, la luz del destino que nos unió y nadie separará. Sí, pollo, pollo pollísimo, estamos hechos el uno para el otro. A mí también se me pone esa piel cuando estoy contigo. Si tú supieras de los sueños, de las largas noches engendradas en imaginarme tu esencia, esa esencia única e incomparable tocando mi paladar, de diferentes formas, saciando nuestra pasión mientras los angelitos predican nuestro amor y el mundo se sume en paz absoluta. Pero tú no lo sabes, no quieres apreciarlo, porque todo esto es una película que me estoy montando. Oh pollo, si tú conocieras la verdad. Si yo fuese capaz de decírtelo, pollo mío, y todos mis rodeos merodeos tuviesen sentido. Me ayudas tanto, me guías tanto, me supones tanto que nunca fui víctima de tal luz cegadora como contigo. Un día explotaré, pollito mío, y el flujo vaginal te rebañará, quedándonos unidos por siempre por esa esencia resultado de mi hondo amor por tu grácil alma.





*Cualquier parecido con la realidad es debida a la maravillosa luz matutina de un esplendoroso amanecer por incongruencias de la casualidad. Percebines míos, hay formas de expresión que deberían estar prohibidas.

20.10.08

To her


Éranse una vez la bondad y la voluntad personificadas en un mismo ser humano. Éranse muchas veces que la suerte no entiende de lógicas, y en quienes menos lo merecen cae a veces la circunstancia arrolladora. Érase una única vez, con todo ello, en la que la superación ganó la batalla y absolutamente nada podría pasar excepto continuar en un altar. Te mereces ese jodido altar, estás en él y nada va a hacer que bajes de él. Se te quiere muchísimo, Hermi. Ánimo, cariño.

19.10.08

One of a kind

To be naked. El caso es que a veces conoces a alguien de cuatro días, tres quizás intensos, no importa ahora lo que la historia personal transcriba porque apenas tiene trascendencia actual alguna. El caso es que ves, en ese cuarto día, a una zorra auténtica, de esas de libro (porque de telenovela quedan anticuadas) en la barra, y lo comentas con ese que (casualmente) tienes por cuarto día al lado. Plasplasplas. O eso intenta hacer con las manos, que tú pillas a la segunda porque los Chemical suenan a tanta hostia que es imposible entenderse ni por gestos. Edito, gestos por debajo de la cara, que es el caso de hacer palmas. La razón de ese supuesto aplauso es tu frase "joder, es que la menda no está dejando nada que enseñar para después. Porque debería haber un después, no? La verdad es que yo no creo que, enseñando hasta lo que está enseñando, esté dejando misterio alguno para un posteriori tremendus coitus". Momentos después, suena "Days before you came", de Placebo, y automáticamente te acuerdas de "I never came", de QOTSA, y por extensión inevitable de "Machines", de Biffy Clyro. Ambas tres son temporales, esto es, puestos a tomarnos en serio el sentido que todos esos músicos quisieron darles, son temporalmente moñas a la intensidad de cierta droga que tiene por partes iguales la moñez y la violenta seducción. Y geniales.
"Days before you came" are t
hese fuckin days. In which nothing cares at all, but everything does. "I never came" isn't exactly right in order you've came a lot of times, but evolution has an important meaning nowadays and above all that song had always transported you to a post coital moment. A real post coital moment. "Machines" means to you so many things that you prefer to swich off the lightning and then going on telling to that special friend that "Machines" would be the song who will make you fall in love with the one who would sing it for you. I don't know if it has actually happened, I only know I have had a bit of it and I want more. It's so fuckin beautiful to think about it. It's autumn, you know.



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No soy bollera ni sexualmente confusa en cuanto a cuando una amistad es eso y no más, no más allá de los abrazos y las complicidades máximas (máximas rozando la hermandad y la puta llorera cuando falta), pero el día que este jodido grupo vuelva a parar en este país para dar un concierto exclusivo valga Dios, Buda y los restantes que estaremos juntas.




Crazy as it sounds you wont feel as low as you feel right now
take the pieces and built them skywards

18.10.08

Giro argumental

Hate and fear are taking over this city. But they'll never get through when the records are sounding so pretty (rock could be so good but we make it all so rubbishly). Por las noches perdidamente extrañas.

Y ahora, que no se note nada de publicidad con este vídeo. Una pena que no me pillase en el terruño y pudiera haber acatado el papel de mujercita loca en este vídeo que han hecho mis queridos niños. Lovin and missing them...



17.10.08

Today's spider web

Así pues, por razones memorablemente nostálgicas:

You're so nice,
you tie me in a web
and cradle me till dawn.
You're so deadly
that I can see your breath
beneath me when you're gone.
You're so windy,
I'd like to pin you down
and tack you to the wall.
Spiderman

Spider Sunday,
you blaze up from the South
with oil on your hands.
I'm streaked in grease and grime,
and idle mouths,
you spoiled all my plans.

Spiderman
I can't take more of that... I can't take more of that?
Tiny truck stop,
you lay me in a towel,
and savour me like a lamb.
You smell of corduroy and lemon drops,
and reds pulled from a can
I dream in black and white
I've long forgot exactly who I am.
A spiderman.
...spiderman



Today's spider web

Y evidentemente echo de menos a mis grunchis preferidos.

Today's spider web

Para entender esta gilipollez hay que empezar leyendo desde abajo, si es que hay que empezar leyendo esto de alguna forma, que no aconsejo tal pérdida de tiempo.

Today's spider web

El American Thighs de Veruca Salt se adapta al apunte anterior de puta madre, también.

Today's spider web

Los Foo son mi mejor ejemplo de simpleza orgásmica.

Today's spider web

Charles Bukowski me da grima.

16.10.08

Colouring

El cero es blanco.
El uno rojo.
El dos amarillo.
El tres azul oscuro.
El cuatro... entre rosa y marrón.
El cinco morado
El seis amarillo... pero algo más fuerte que el dos.
El siete verde.
El ocho... entre rojo y marrón.
El nueve marrón... pero suave, como el café con leche.
El diez blanco... pero a veces, de tanta línea 10, es azul oscuro.



P: El puto tres es AMARILLO
P: De toda la vida, joder
B: NO
B: El amarillo ES EL DOS
B: dos=pato
B: pato=amarillo
B: pato=amarillo=con los que te lavas
P: no coño, el dos es naranja!
B: si ves a un pato naranja pensaré que ya vivimos en Futurama (y sería genial, valeeeee)
P: Jo, ya te digo. Futurama es mi mundo ideal
B: Sí, como el de Aladin...
B: es que ando viendo pelis de Disney

P: Oh joder... eres "de esas"
B: qué
B: popies ñoñas de esas no
B: que te veo venir
P: yaaa claro...
P: de las que luego hacen cola en el Tupper... y en el Elastico...

B: joder, por lo menos dime que te sabes la de "Bajo el Mar", es básica
P: ves? te sabes la del cangrejo. Qué será lo próximo? Te bajarás los pantalones y llevarás bragas de calaveritas rosas sobre fondo negro?
B: no, me saldrían sarpullidos y no han catalogado esa ETS. Y tú a callar, que ves a los patos naranjas.
P: Yo veo a los patos de su color normal, pero a los números también, degenerada... el tres azul, lo que hay que oír

[...] In memoriam!

15.10.08

Reductio ad absurdum

- Bueno, hija. La gente tiene derecho a ser lo gilipollas que le apetezca.

Eso me respondió mi señor engendrator cuando le conté mi cabreo al haber leído una especie de debate transcrito de cuatro mujeres (desde una catedrática de economía hasta una especialista de diseño de imagen o de no sé qué pollas (de esas)) con el coche en segunda fila, mientras le esperaba. Y antes de nada, que no se me exalte nadie demasiado. Avisar esto es absurdo en sí mismo, porque cuando te propones en la vida ir contra corriente (recuerde el mundo que mis genes así lo determinaron, como la inteligencia y el carácter y mi psicosis) auguras una vida de sufrimiento, dolor, aventura, dramas; vamos, un puto cristo, de verdad. Haga el favor de notarse la notable ironía, porfaplis, sentido del humor ante todo. Y al lío, que me enredo. Eran tres páginas en las que las cuatro mujeres iban “intercambiando” puntos de vista sobre un mismo tema: la exhibición en Internet. Si vamos a tomar Internet por espacio público (mega chupi guay por constar de libertad de expresión y derechos y todas esos palabros que no vienen a definir más que un progresismo que huele lo suficientemente mal como para no reírse de todo intento de normalizar ese tipo de contradicciones) pues me voy quitando las lentillas para colocarme las gafas y así cortar la cebolla con el lagrimeo natural y sin tapujos. El caso es que aquellas cuatro mujeres iban exponiendo sus optimistas opiniones acerca del tema: que si un poco de narcicismo nunca viene mal, que si así lo que hasta ahora se ha tomado como “vulgar” en lo íntimo pasa a ser natural, que si (oh dios, esta es cojonuda) los tíos son más exhibicionistas, que si así fantaseamos y nos construimos una identidad mediante una personalidad ficticia, que si es genial que esta comunicación tan “cogida por los pelos” haya sustituido a tomarse un café con alguien, por la comodidad del asunto. Yeah.

Y fue hace poco más de tres semanas, pero recuerdo que eran las diez de la mañana de un sábado y que, a pesar
de llevar una importante resaca encima, me cabreó hasta tal punto que me enzarcé con mi señor engendrator (tras su inicial apunte sobre el gilipollismo y sus derechos) en toda una mañana de compras alimenticias discutiendo a dónde cojones se dirigía todo esto.

Hay algo que se denomina tiempo libre. Yo también me he especializado en él, aunque ahora vaya follada y se esté notando en el chorro de palabras que apenas pienso. El puto tiempo libre. El tiempo libre forma parte de ese tipo de cosas cuya existencia parece ser nueva ahora. Que si el espíritu emo, que si la maldad humana, que si hay que ver qué mal está todo al grito de “oins, mundo cruel”. Parece que nunca jamás han existido ese tipo de grandezas humanas. Nadie debería perder nunca la capacidad de sorprenderse, porque es divertido (o acaba siéndolo), pero por el puto amor de dios... a ver si estamos donde estamos. El tiempo libre lleva existiendo toda la historia. El rollito emo, exactamente igual. Lo mal que está todo, ídem de la ídem. Que lo que tiende a repetirse lo haga, según pasa el tiempo, por vías o razonamientos que cada vez parecen más degradantes, eso sí. Tampoco es plan de tomarlo todo como evolución, porque habría que ir cambiando ese punto de vista que dice que la palabra evolución se refiere siempre a avance positivo. Y unos santos cojones. Si tenemos la meta en convertirnos en robots, entonces sí es un avance positivo, ya te digo que si lo es. Y me da que esa es la meta que tenemos. Por eso cuando ví Wall-e salí sonriendo como una subnormal. No sólo habían sabido juntar imaginación con crítica sino que encima habían sabido encajar de puta madre una historia sentimental que le diese aún más sentido al mensaje que querían transmitir. Aún así, hay que ir siendo un poco realista: si te quedas mirando una calculadora y piensas en lo rápido que avanza todo hacia la comodidad y rapidez, acabas deduciendo que no queda tanto tiempo de eso que llaman human being, tal y como lo entendemos: seres que sienten, y tal. Me apetece ponerme en el modo pedante on, para decir que las generaciones cada vez tienen más fácil todo. Blaublaublau. Empezando por la autocrítica, claro que me meto en ese saco y claro que peco en él. Si conseguimos todo más fácilmente, sin apenas esfuerzo, y con la lógica rapidez, tenemos más tiempo libre. ¿Qué hace el ser humano en su tiempo libre? Aburrirse, para empezar. Luego busca qué hacer, curiosea, cotillea, experimenta. Si tenemos una base de mierda en cuanto a esfuerzo personal (no sé, de verdad, positivistas absolutos del mundo, qué quereis que os diga: es necesario pasarlas putas de vez en cuando), vamos a tirar por la parte más fea del egocentrismo: la más cómoda. Liarnos en diarreas mentales acerca de cómo obtener satisfacción, pero de cómo obtenerla fácilmente. ¿Y cómo se han definido a lo largo de la historia a los debiluchos, “mariquitas”, pusilánimes? A quienes necesitaban, por encima de todo, un regocijo de cariño y atención constante. Creo que ésa es la parte más fea del egocentrismo (partiendo de que serlo también es necesario e intrínseco, joder), la más cómoda, la más infantil... la menos desarrollada. Pero claro, uno sigue creciendo. Si a los veintipico sigue en esa dinámica, y lo que tiene a su alrededor no hace más que alimentársela, tenemos cojón y medio de tiempo libre en el que la prioridad se ha convertido en beber litros de diarreas mentales acerca de su condición de humano, dándole una importancia extrema a ciertas necesidades que sólo se obtienen cuando menos se obsesiona uno con ellas. No sé, igual si piras a África de misionero se te ponen las chorradas a menos cero. O más cerca incluso, deja de mirarte al espejo y mírate en el de otro tipo de meta conseguido. Y esto no es una declaración de principios de piedra, yo también tengo mi corazoncito, benditas ocasiones en las que late demasiado. Lo que vengo a decir es que yo, que soy la hostia de vaga, reconozco que o tienes metas que se palpen físicamente, o te vas a sumergir en el océano por creer que a la satisfacción, que está detrás de ese océano (mira tú que preciosidad de símil con el horizonte) se llega volando, montado en el fénix Excusas (por aquello de que van variando) sin pasar por quemarte con las piedras de la orilla en la cual está la barca para pasar por ese oceanito sin lugar a mojarte más que lo que salpique, que es jodidamente circunstancial.

En fin, la cosa está en relacionar unas cosas con otras. Por eso tengo orgasmos cuando encuentro gente que le ve el plumero al asunto, y el siguiente paso es coñear acerca de ello (bendita ironía). Puedo contarlos con los dedos de una mano, pero confío en que la excepción a la regla siga existiendo, por lo menos, hasta que a los del LHC se les escape el protón de turno y sí, nos vayamos todos a tomar por culo. Alomejor Wall-e ha sido estrenada en el momento más oportuno.




13.10.08

Sleeping beauty

Cayó, rendida, por su propio peso. Esa silla le pareció, cual evento novedoso, el mejor de los placeres momentáneos. Llevaba escasa indumentaria, tan propia de quienes bailan. Pero ahora había acabado, y tenía frío. No demasiado, el justo como para que un trozo de tela a modo de abrigo le mantuviera estable, mientras leía. Había cogido aquel libro, con el que jamás imaginó hacerse asidua. Los prejuicios sobre él habían sido determinantes tiempo atrás. Sin embargo, hacía unas semanas arrasaba una hoja, o dos. Justo coincidió con el declive de su actuación. No sabía si había sido coincidencia, dudaba de este hecho tanto como del razonamiento de esa coincidencia. Los quizás le caían como rayos, pero escaseaba de la glucosa necesaria para combatirlos. Esto le convertía en pasiva. En mecánica. En, inconscientemente, a la espera. Así había caído en esa silla. Así había vuelto a coger el libro, lleno de aventuras, de distinción, de detalles. Lleno de vida. Y leía. Leía mientras esperaba una nueva actuación. No le ponía música, ni baile, ni estética. No sentía ningún miedo. Jamás sintió aprovechar tanto cada pequeño segundo de su vida. Sentir dejaba de ser, estúpidamente, tan ridículo.



Cuando la imaginación corre así al mirar una simple foto, igual hay que ir a hacérselo mirar

9.10.08

Now I'm everyone

Joder, la verdad es que no hay color. Ahora que tengo internet de verdad, sin cascarilla, un nuevo mundo se abre ante mí: normalidad para con mi especie. Ya puedo decir que también youtubeo, que veo porno y que... se puede mantener una puta conversación conmigo en condiciones. Todos sabemos que por las noches las defensas bajan, y las conversaciones son más interesantes, más delatadoras, por si el hecho de que virtualmente todo fuese más fácil no bastaba. Y que es otoño, las ardillas cantan (pero las de Londres se están volviendo de un psicópata profesional) y a mí hoy me ha dao con Biffy Clyro. Con el Puzzle. Y que es otoño, las ardillas cantan (pero las de Londres se están volviendo de un psicópata profesional) y...



...it's me you're waiting for. Tinoninonín. Pegaba, y punto. Tengo derecho.












Nota: Sé perfectamente que eso que tengo entre los dedos es un trozo de algo amarillo que no se asemeja a una púa ni en la intención. Pero cuando quieres tocar (los cojones) te vale cualquier cosa, y las púas son aptas para sustituir a los imperdibles en su condición: SE PIERDEN. Thanks. La explicación me parecía jodidamente necesaria.

7.10.08

One day I found a big book...

Será un maldito pájaro loco que se tragó una trompeta al nacer, pero este vídeo lo parte.

6.10.08

Vasos comunicantes

Tenía, teniendo en cuenta que usé una de las veces la máquina de escribir, unos 10 u 11 años. Como quien se pira a Bélgica y acaba aprendiendo flamenco de oídas, yo estaba (eso sí) hasta los cojones del vocabulario que reinaba en mi casa la mayor parte del día. Cuando tus engendradores no terminan su trabajo al llegar a casa, sino que éste continúa como si fuese tan gratificante como respirar, acabas sensibilizándote a todo lo relacionado con lo que observas cada día, para bien o para mal. Si algo tenía claro, es que en la puta vida estudiaría eso que veía cada día, eso que alimentaba las comidas y cenas y eso que algunas veces provocaba disgustos considerables en las caras de quien te ha parido. No me enrabietaba el rollete intelectual tan sumamente apasionado, me jodía el hecho de que, frente a mis amiguitos, tuviera una vida en mi casa que no aceptaba cosas como tamagochis, carros (los putos carros) para llevar la mochila al colegio, horas frente a la televisión, etc; y sí extraños vicios como los puzzles, los libros (Barco de Vapor rules), la música clásica junto a Rod Steward y Beatles. En el fondo, si me hubiesen quitado lo que me ofrecían más a mano, eso "tan raro", me habría jodido mucho más que el hecho de no ser "normal" frente a lo que me rodeaba cuando salía de casa.

Cuando crecí más y me adentré en esa estupenda época de la adolescencia, donde los granos y la mala hostia empezaban a aflorar como chinches, decidí, si cabía, que estudiaría lo que estuviese menos relacionado con aquello que me tenía hasta las p
elotas: los seres humanos. Bien por el odio natural hacia la humanidad de cualquier adolescente rebelde que sufre la preciosa fealdad de su desarrollo hormonal, bien porque a ese hecho se le sumaba que en casa seguía existiendo un jodido "no parar" de aquello en lo que mis padres trabajaban: psicología. Una psicología con un buen porcentaje de enfoque bastante en contra de lo establecido en ese mundo, tan en su mayoría surrealista.

Así que, viendo que las matemáticas y yo nos llevábamos bien pero discrepábamos en la igual dedicación de una y otra a nuestra relación, descarté la vía ciencias purísimas para la arquitectura, halo de mis pasiones por dibujar casas, y opté por tirar para el lado más interesante dentro de lo... no sé, viable: ciencias de la salud. Biología, química, llegar a conocer a las amigas integrales... sí. Soy de los que siempre se quedan embobados viendo un documental, u observando a las hormigas en cualquier parque. Y s
oy tan pedante, que desde siempre he establecido analogías entre las cosas. Así que teníamos la fiesta montada: empezaba a darme cuenta de lo que la vida en casa me había proporcionado y me ponía cachonda el mundo de la biología. Ambas cosas tenían que ver, pero con 18 años se es rebelde. Tiré a por plantas, hongos, células, virus, procesos A, procesos B, procesos número infinito, lo que viene siendo ciencia de la vida. Lo que viene siendo "la opción de todo aquello que no habla, que no se queja, que no llora, que no provoca más problemas de los cuadriculadamente esperados". O tener 18 años, y ser más burro ideológicamente hablando que Avril Lavigne interpretando Fuel de Metallica.

Un año duré. Llegar a Madrid, empezar de cero, vida nueva, hostias nuevas. Si hay que resumir, que creo que sí, fue algo así como "confundí, oh cielos, el vicio con el oficio". Y determinadas experiencias, los típicos primeros hostiazos que te metes contra el mundo en un contexto de "tengo dos manos y dos piernas y nadie más me ayudará con X problema" me hicieron darme cuenta de que, quizás, con toda la rebeldía e inteligencia que el primer año fuera de casa se originan en cualquiera, ese mundo que había vivido 18 años me había condicionado lo suficiente como para tener algo que hacer en él. Qué cojones: me encantaba. Oh, el ser humano. Esa ególatra curiosidad por saber cómo funciona, en un mundo donde apenas interesa que se conozca cómo lo hace realmente. Y ahora viene el dicho aquel de que casi todo lo que detestas sin razón convicente, lo acabas acogiendo en tu seno como si de una sentada posición coital se tratase. Me fui a psicología. A pesar de saber que el 90% eran tías, y que probablemente serían Chica Cosmopolitan. Como el cuento de la psiquiatra que resulta es anoréxica. Esas cosas que pasan.

Y este verano, en uno de mis revivals en una de las estanterías at real home, me topé con esto. De cuando [...] tenía 10 u 11 años, y me puse a escribir casos inventados. Mi madre lo había guardado. Y recordé el descojone general que produjo en su día. Y me dí cuenta de que era más lista antes que ahora. Y casi lloro como una subnormal, porque a pesar del sin sentido que pueda tener aplicar ese "idioma" aprendido inconscientemente, vendría otro dicho aquel que declara que, cuando "te quedas" sin algo te das cuenta del significado que tenía.




Con dos huevos, no sé si también inocencia.
Y entonces echo de menos a mis padres. Echo de menos a sus libros, a sus conversaciones en la comida, al ambiente general de mi casa. A mi padre pegando voces gane o pierda el Barça, a su gorro de cocina y a llamar al cinturón del coche de una manera distinta cada día. A mi madre dando el abrazo cuando estás mal y por fin tras tres kilos de insistencia dejas escapar que estás mal, a sus razonamientos claros, concisos y exigentes, a sus jodidas lentejas y cuando taladra el piano con los cuadernos de primero de conservatorio. Pues sí. Y tan normal. Con 21 años, con muchas broncas y sobradas atrás, con ese ansia por salir de mi casa. Les debo demasiado, y de ese demasiado la parte más importante es de manera inconsciente. Así que nada. Todo esto suena tan pedante que sólo interesa al palito este que parpadea mientras espera que escribas algo. El puto caso es que, cuando uno se pone melancólico para bien, sienta genial. Y para más obviedades, pues no sé, están las integrales.

2.10.08

Hold your breath, count to ten, start again.

Pues empezado he. He tardado tres cuartos de hora en llegar a Somosaguas. Más los diez minutos de antes de Pza España a Moncloa. Mi teoría de que cada año hay menos "A" no sé si será la puta respuesta a que la media hora que tardaba antes en total se haya convertido en esa y otra media más, pero desde luego que vivir en Madrid, visto lo visto y en la zona que sea, renta comprarse un helicóptero. Y en el bus seguía oliendo, efectivamente, a estrógeno puro y duro. Y mi facultad no deja de ser un paraíso de coños andantes, y al cambiarme de clase la cosa no ha cambiado ni medio ápice, pero aún así la cosa ha mejorado lo suficiente aunque tenga 87 créditos que aprobar con media de notable/sobresaliente y el tocamiento de huevos del año pasado haya pasado factura en términos de dineral y Olimpiadas de Tetris para los horarios. Pero vamos, que ha mejorado. Dentro de unas semanas habré devorado manuales de psicopatología, ahí, con todo el morbazo. Me habré acabado "A sangre fía" de Capote y me sabré todos los enigmas de los asesinatos habidos y por haber, con su concienzuda reflexión sobre los asesinos, ahí con todo el morbazo. No voy a dejar de interesarme por los colgaos ni de criticar a grito pelado a los putos psiquiatras/sistema judicial, pero no sé yo si Criminología va a acabar ganando la batalla.

De momento me toca muchísimo los huevos madrugar. Y que aquello siga siendo un jodido paraíso de coños andantes. Que no parlantes. La proporción 3 de 100 en cuanto a inteligencia por tanda baja cada vez más. Ains.